Sólo para Clowns: música y inteligencia emocional

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El suizo Karl Adrien «Grock» Wettach  se convirtió en la estrella del entretenimiento europeo con el nombre de «Grock, el payaso«. El músico virtuoso, podía tocar 24 instrumentos, se convirtió en rey de los clowns a principios de siglo pasado. Siguieron los Rudi Llata, Charlie Rivel, la Familia Fratellini, Los Hermanos Marx, Chapling, The Nitwits… y así una lista interminable de nombres podrían incluirse dentro del grupo de payasos que utilizaban sus virtudes musicales para conectar y emocionar al público.

Al contemplar la Psicología de la Música desde el marco conceptual de los sentimientos, de las emociones, estamos diciendo que consideramos a la persona en su totalidad, de una manera holística: como cuerpo, mente, emoción y espíritu. Nos interesa especialmente desde esta perspectiva, el que la música nos ayuda en nuestro desarrollo psíquico y emocional, proporcionándonos el equilibrio necesario para alcanzar un nivel adecuado de bienestar y felicidad. Por eso la música es un medio de expresión muy útil para los payasos que desean llegar a diferentes niveles (lúdico, cómico, emocional, filosófico…) al público heterogéneo.

La música considerada como arte, ciencia y lenguaje universal, es un medio de expresión sin límites que llega a lo más íntimo de cada persona. Puede transmitir diferentes estados de ánimo y emociones por medio de símbolos e imágenes, que liberan la función auditiva tanto emocional como afectiva e intelectual. Escuchar y “hacer” música desarrolla la sensibilidad, la creatividad y la capacidad de abstracción o análisis. No sólo cumple una función estrictamente educativa cuando hablamos de aprendizajes musicales, sino que también cumple otros fines. Nos propicia a descubrir nuestro propio mundo interior, la comunicación con “el otro” o “los otros” y la captación y apreciación del mundo que nos rodea.
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El escaner ha desvelado por primera vez en la historia humana, el funcionamiento exacto de la intrincada masa de células mientras estamos pensando, sintiendo, imaginando, soñando o escuchando música. Este aporte de datos neurobiológicos, nos permite comprender con mayor claridad, la manera en que los “centros emocionales” del cerebro, controlan los diversos y complejos sentimientos y emociones derivados de la actividad musical. También el electroencefalograma (EEG) registra la actividad eléctrica cerebral, durante la escucha de determinadas obras musicales.
La “Inteligencia Emocional” es un conjunto de habilidades como el control de los impulsos, el entusiasmo, la perseverancia, la capacidad de motivarse a uno mismo, la empatía, la agilidad mental, etc. Es una  forma de actuar con el mundo que tiene en cuenta los sentimientos. Esta inteligencia desarrolla y configura rasgos de carácter como la autodisciplina y el altruismo entre otros, llegando de esta manera a sacar el mejor rendimiento posible al potencial de cada uno. Constituye un vínculo entre los sentimientos, el carácter y los impulsos morales. El impulso es el vehículo de la emoción y, la semilla de todo impulso, es un sentimiento expansivo que busca expresarse en la acción. Según las últimas tendencias de la psicología, podríamos preguntarnos si son las emociones y no el cociente intelectual, las que constituyen la  base de la inteligencia humana. La experiencia nos demuestra que personas muy inteligentes fracasa estrepitosamente en su vida y relación con el medio y los demás, mientras que otras con un coeficiente más normal, llegan a conseguir unos logros personales, laborales y sociales mucho más satisfactorios, porque tienen más desarrollada la “inteligencia emocional”. (Coleman 1996)
Cada emoción nos predispone de un modo diferente a la acción. Nuestras decisiones y acciones, dependen tanto (y a veces más) de nuestros sentimientos, como de nuestros pensamientos. En nuestra vida cotidiana encontramos múltiples acontecimientos que han sido provocados por conductas agresivas debidas al descontrol de los impulsos, de las emociones en definitiva.
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La música, ya sea mediante el comportamiento de interpretación, de escucha o de composición, si ésta es adecuada, nos conduce a una rearmonización del estado de ánimo y de los sentimientos.
La música afecta de tal forma al nivel psicofisiológico y emocional de la persona, que me atrevería a decir que existe una necesidad de estimular el pensamiento positivo y las emociones constructivas mediante la música. Este pensamiento positivo modifica las endorfinas y las células C del organismo que forman parte del sistema inmunológico.

Todos nos hemos sorprendido a nosotros mismos en alguna ocasión moviéndonos de una manera inconsciente al oír o recordar determinada música. La música nos moviliza y nos dirige a determinados procesos psicomotrices, que afectan directamente a nuestro mundo emocional, además de la actividad motriz provocando situaciones de alegría o de integración.

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Respecto al dominio del cuerpo, es un hecho probado la influencia positiva de la música en la organización de las relaciones espaciales. La expresión libre de una obra musical o la danza más sistematizada, contribuyen a dominar y canalizar las emociones, ya que requiere controlar los gestos corporales y faciales. De esta manera los individuos con una personalidad débil, serían capaces de despertar sus energías latentes y los impulsivos, canalizar las fuerzas desencadenadas. La danza ayuda a formar el carácter y educar la voluntad. Al danzar, dejamos salir las más profundas emociones, sentimos y exteriorizamos nuestro propio cuerpo con alegría, tristeza, agresividad o miedo, por citar sólo los cuatro estados emocionales básicos. Danzar es una forma de sentir y existir, es expresar ya sea consciente o inconscientemente, la manera de ser y sentir de cada uno de nosotros; expresa la vida y es un medio para salir de sí mismo. La fuerza, la organización y la experiencia personal de los movimientos, nos transciende dejando salir nuestra propia naturaleza, el sentimiento más profundo y el impulso de comunicación. Recordemos que la danza ha sido una de las manifestaciones más importantes de todos los pueblos desde el principio de la humanidad.Cuando es ritual encierra un contenido y sentimiento mágico. Fue creada en muchas culturas por los chamanes, con el fin de generar “energía”tanto en el individuo como en el grupo. La danza siempre ha sido en las culturas más ancestrales, una forma de vida, una manera de vivir holísticamente, en complicidad con la naturaleza y con otras personas.

Pasemos a continuación a la expresión de la voz. La voz puede manifestarse hablada o cantada. En la voz hablada, la zona del cerebro que regula los movimientos es subcortical. Hallándose allí el centro que rige las emociones, es evidente que el tono hablado, manifiesta con toda fidelidad los estados afectivos y emocionales. En el canto sin embargo, la vibración es debida a la actividad nerviosa rítmica de las neuronas de la región cortical.IMG_9478
Por medio de la voz manifestamos sentimientos, estados de ánimo y no olvidemos que es el medio de comunicación más rico que poseemos, a la vez que el instrumento musical más antiguo, perfecto y asequible de que disponemos. No en vano es la primera manifestación emocional del recién nacido. Desde muy temprana edad, trata de modularla y controlarla para expresar sus más variadas necesidades, tanto fisiológicas, como emocionales y de comunicación. Es el medio de expresión que más rápidamente se altera y en ocasiones puede anularse debido a la emoción.

El canto es uno de los medios de expresión más completo y máximo de la actividad musical, que lleva al ser humano a descubrir la imagen del propio cuerpo. Es por medio de estos estímulos, sobre todo en la producción de los sonidos agudos, como se establece la dinámica de la actividad cerebral. La melodía cantada contiene una fuerza propulsiva que despierta nuestra actividad motriz y emocional, propiciando sentimientos de gran diversidad. Constituye un lenguaje emotivo y afectivo, pudiendo modificar el estado de ánimo de un sujeto. Es fuente de alegría, serenidad y un sin fin de sentimientos que producen satisfacción y autorrealización.

Fuente: «Psicología de la música y emoción musical» JOSEFA LACÁRCEL MORENO.

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