FVF – Actuación Sonora. 12, 14, 17 Dic.

La educación de los niños y niñas con discapacidad es fundamental para romper con la exclusión social y la vulnerabilidad de este colectivo. Por ello la semana pasada se planteó a los payasos un nuevo reto: actuar para niños y niñas con diferentes grados de deficiencia visual en los centros de Kanekal, Kadiri y Bathalapalli .

¿Qué vamos hacer si no nos pueden ver?
Esta es la pregunta inmediata que apareció en nuestra mentes. ¿Qué hacer?

El 5 de diciembre ya tuvimos la oportunidad de actuar en High School del 5th campus en la que una pequeña parte de la audiencia lo formaban adolescentes con deficiencia visual. Como no habíamos preparado nada especial para aquella tarde, llegamos con un espectáculo básicamente visual, con diábolos y bolas de contact. Sólo la música parecía mantener atento al público. Nos apuntamos la lección y creamos un nuevo show en que la música era la protagonista.

Clowns y Música

Clowns y Música

Hace unos años The International Papanatas Band, al terminar el programa de actuaciones diarias en un festival en Skopie (Macedonia), actuábamos para los niños y niñas que vivían en la calle, mendigando y esnifando cola. Los Papanatas salíamos con la guitarra, la concertina y una maleta repleta de instrumentos que repartíamos entre el público para que, entre bailes y juegos, siguieran el ritmo de las canciones. Esta experiencia vivida con Los Papanatas nos ayudó a Fredi y a mí, aquí en la India, a idear un espectáculo sonoro con bocina, concertina y los instrumentos musicales heredados de nuestros predecesores clowns en la Fundación Vicente Ferrer.

Música en la Fundación

Espectáculo Sonoro

Tuvimos la gran fortuna de colaborar con una cooperante de la Fundación: Alba. Su trabajo en la fundación consistía en enseñar informática para adolescentes invidentes y conducta diaria en centro de niños y niñas con deficiencia visual. Alba con sus 23 años, gracias a que habla Telegú casi perfectamente y tiene una visión muy clara de su entorno (aunque necesita su perro guía) viaja de un centro de enseñanza a otro sin problema. Ella nos acompañó en cada actuación con un instrumento más: la guitarra. El nuevo espectáculo fue creciendo actuación a actuación y desarrolló una estrecha colaboración entre payasos, profesores, niños y niñas, juntos disfrutábamos e intercambiábamos instrumentos musicales al ritmo de la música.

Clowns y Música

Una compañera especial: Alba

En ese momento no sabíamos que nuevo reto nos traería la siguiente semana…

Fundación Vicente Ferrer. 2011/12/10

Cuatro años atrás la Fundación inició un proyecto con el objetivo de proporcionar apoyo social, emocional y sanitario a las víctimas y  familiares de una enfermedad tabú tanto en India como en España: el VIH/SIDA. La Fundación ofrece esta ayuda a través de un centro hospitalario dedicado íntegramente al VIH/SIDA y a una amplia red de social workers que cubre todo el distrito. Ellos reciben formación intensiva que les permite tratar y asesorar en temas de prevención y asistencia sanitaria a la población rural.

Hoy Cristina Ramón, la máxima encargada de este proyecto y coordinadora de los social workers, organizó una jornada en el Campus de Anantapur para que los niñas y niños enfermos de VIH/SIDA puedan aparcar por unas horas la tragedia diaria que  la enfermedad ha supuesto en sus vidas. Algunos de ellos no son sólo víctimas inocentes de la enfermedad, sino también sufren la incomprensión, el desprecio social o están padeciendo el dolor de una pérdida familiar.

Para terminar la fiesta con una fuerte dosis de risas y alegría, los payasos nos encargamos de despedir esta emotiva jornada, con una actuación. Elegimos un espacio al aire libre donde congregar a una treintena de niños en esta soleada tarde de sábado. El objetivo es intentar proporcionarles un recuerdo especial que les pueda ayudar en el futuro a no sentirse solos y abandonados ante su dolor.

Fundació Vicente Ferrer

Algunos de nuestros invitados comentaron, al despedirse de Cristina antes de regresar a sus casas, que venir a la Fundación había supuesto uno de los días mas felices de sus vidas; «como en un sueño».

– Adiós, amigos, hasta la vista, como cada martes, los payasos vendremos a visitaros a vuestro hospital y traeremos risas.

Fundación Vicente Ferrer. 2011/12/7

A dos horas de Anantapur, pasado Kanekal, hay un pequeño poblado entre campos de maíz y algodón, llamado Adigapalli. Hoy los payasos  actuamos en la escuela que la Fundación construyó para una treintena de niños entre 6 a 12 años. Una de las funciones básicas que los  payasos realizamos es incentivar el estudio en las zonas rurales. La supervivencia alli es tan dura que la enseñanza queda rezagada a los últimos lugares en la escala de prioridades.

Desde la salida de Anantampur hasta la llegada de Adigapalli,  fuimos encontrando en cada pueblo, un chico en estado de trance, golpeando un rudimentario tambor. Le  acompañaban jóvenes con movimientos entregados a su ritmo repetitivo.  Muchas veces nos obligaron a parar el auto. Wima nos informó que hoy era el día en que se celebra una fiesta religiosa llamada Moharam que celebran tanto hindúes como musulmanes.
Una vez llegados a nuestro destino, se nos acercó un improvisado comité de bienvenida: unas risueñas ancianas nos reciben llenas de curiosidad. Por la manera de observarnos y reírse, yo diría que era la primera vez que veían personas de piel blanca. Ellas nos informaron de que la escuela permanecía cerrada todo el día por la celebración religiosa. Mientras avisan al profesor, los primeros curiosos iban llegando. La noticia corrió como la pólvora y en unos minutos reunimos a casi todo el poblado. Wima nos anunció que detenían el festejo durante 40 minutos para que nosotros pudiéramos  actuar. La procesión dedicada a la santidad se retrasaba. Como había llegado la mayoría de aldeanos a la escuela, el espectáculo podía empezar.

Toda la aldea de Aligapalli reunida en el colegio para ver a los payasos

Fue un espectáculo muy aplaudido por indicación del profesor; cuando él aplaudía, el público entero batía palmas. Recuerdo a las niñas adolescentes reírse y gritar sorprendidas por nuestras excentricidades mientras una anciana sin complejos nos acompañaba con una campanilla . Nos despidió el profesor contento y emocionado por haber reunido a todo el poblado en el patio de su escuela.

Wima nos sugirió salir a toda prisa del pueblo; la procesión con música, alcohol y pólvora, estaba a punto de reanudarse.