En la calle

martademarteAquí es donde me siento ¡como pez en el agua!
Primero por el contacto directo con el público y segundo por la libertad que te da este medio. El hiperealismos de la calle contrasta perfectamente con la ficción del payaso.
Mis clowns preferidos juegan en la calle y que conste que con ello no hay ningún ánimo menospreciar a nadie ni a ningún espacio.
Si juntamos que me gusta la calle y viajar mucho y con poco peso, observaremos que en mis juegos se habla poco, uso poco material, casi siempre encontrado en la calle y poco o nada de argumento. Es lo que llamamos «menos es mas».
A los clowns y clownesas que les gusta improvisar les brinda la oportunidad de dar rienda suelta a su imaginación y creatividad.
Recuerdo una actuación en Macedonia de Enano (de los pocos payasos que utilizan nariz en la calle) donde salió de voluntario, un chavalín tan gracioso y con tal desparpajo que Enano abandonó su rutina y inició un juego con el voluntario que duro casi una hora.
Muchas veces en la calle no puedes elegir el espacio ideal para tu juego, por ello te obliga a ser muy adaptable.
Personalmente prefiero decidir a que jugar cuando veo el espacio y aprovecharme de la fuente, el árbol, la farola o la puerta de madera que me brinda el espacio.
Hay muchísimas maneras de jugar en calle: el pasacalles itinerante, el círculo de pequeño formato, mediano y grande, la estatua, sin círculo como el clown o clownesa que sigue al paseante, terrazas…¡y las que quedan por inventar!

Jordi es un clown italiano que habla cinco idiomas y curiosamente en sus espectáculos no utiliza la palabra. Se desplaza en Solex, improvisa mucho (si le preguntas en un festival que va a hacer, es de los que te dice… bene, déjame ver el espacio y si hay una fuente… ¡voy a ver! )y le gusta la calle.

 

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